El BCE reaccionó la semana pasada ante los temores de deflación en la zona Euro.

Deflación es una bajada generalizada y prolongada (al menos dos trimestres) de los precios, generada por una caída prolongada en la demanda, que es por lo que llevamos pasando en Europa, y muy especialmente en España y otros países periféricos desde hace varios años. Aquí podéis encontrar buenas reflexiones que explican los negativos efectos de una deflación continuada.

El mandato del BCE

Es importante antes de empezar explicar que el mandato que la Comisión Europea ha otorgado al BCE es único y claro: conseguir la estabilidad de precios en la zona euro. 

Por su parte, el Congreso de los EEUU otorgó en 1978 un doble mandato a la Reserva Federal (el «Banco Central de EEUU»): promover el empleo y la estabilidad de precios.

Asimismo, el mandato del Banco de Inglaterra ha sido mantener la estabilidad de precios y la confianza en la libra esterlina. No obstante, los gobernantes asumieron que una inflación controlada es necesaria, pero no suficiente, para la prosperidad, por lo que en 2013 modificaron el mandato del Banco para que empleara medidas para apoyar la economía.

Por tanto, solo comparando con el dólar y la libra, vemos que el euro parte con cierta desventaja en cuanto al alcance de la política monetaria del BCE.

Las medidas de Draghi

Dicho esto, comentamos las medidas que tomó el BCE tomó, entre otras, la semana pasada:

  • Inyección de liquidez de 400.000 millones de euros mediante un préstamo a la banca comercial europea hasta el 2018, con la condición de que se destine a familias y entidades no financieras (excluyendo la compra de vivienda).
  • Reducción del euribor al 0,15% desde el anterior 0,25%. El objetivo de estas dos medidas no es otro que estimular la demanda, tanto desde el lado del consumo, como especialmente de la inversión.

¡Gastad, gastad, malditos!

  • Tipos de depósitos negativos (-0,1%) para la facilidad de depósito. Los bancos comerciales europeos tienen la opción (la «facilidad») de depositar sus fondos en el BCE durante 1 día y conseguir una determinada rentabilidad. Pues bien, esa rentabilidad ahora es negativa, es decir, los bancos tendrán que pagar si dejan su dinero QUIETO en esos depósitos.

Los inconvenientes de estas medidas

  • LLEGAN TARDE. Los analistas coinciden en que las medidas llegan tarde. Ya en enero de 2012, el FMI alertaba de un riesgo de deflación en algunas economías del G20. En ese momento la inflación en la zona euro estaba en el 2,7%, por encima del objetivo del mandato del BCE, que es el 2%, por lo que todo parecía controlado, pero empezaban a escucharse las primeras señales de advertencia de los efectos de una caída de la demanda tan generalizada y prolongada desde 2007/2008. De hecho, EEUU ya estaba llevando a cabo inyecciones de liquidez en el sistema para evitar este riesgo en su economía.

El refranero europeo no debe tener aquello de «cuando las barbas de tu vecino veas pelar….»

  • IMPACTO LENTO. El propio BCE reconoce que las medidas tardarán entre 3 y 4 trimestres en tener impacto en la economía «real» (la de la inflación, la de la demanda, la del (des)empleo…). Es más, algunos analistas consideran que serán necesarias más medidas para situar la inflación en los parámetros objetivo del BCE.
  • SE QUEDAN CORTAS. Las medidas se quedan cortas en términos absolutos y en términos relativos. En términos absolutos, porque muchos opinan que el impacto de estas medidas dentro de esos 3 ó 4 trimestres hará que la inflación se sitúe entorno al 1,5%, puede que demasiado baja todavía para alejar el riesgo de deflación. En términos relativos, porque otras economías desarrolladas (Inglaterra, EEUU o Japón) están actuando con mayor valentía frente a los mismos riesgos. En concreto, el Banco de Inglaterra ha estado comprando activos financieros al mercado (y por tanto, inyectando liquidez) equivalentes al… ¡20% del PIB del Reino Unido!… ahí es nada.
  • PENALIZACIÓN PEQUEÑA. Que una penalización del 0,1% vaya a convencer a los bancos comerciales de que presten el dinero en lugar de tenerlo quieto, habrá que verlo. Al final del día, las decisiones se toman en base a una comparación coste/beneficio o riesgo/rentabilidad. Lo que antes se consideraba un coste de oportunidad de prestar (la rentabilidad positiva de la facilidad de depósito) ahora será un «beneficio de oportunidad» de prestar (la penalización del -0,1%), pero en un porcentaje demasiado poco relevante como para que decante la balanza, por desgracia. La medida es interesante, pero creo que insuficiente para que tenga un efecto a gran escala.
  • DEMANDA DE CRÉDITO POCO SOLVENTE. Estamos en una tendencia de contracción del crédito muy significativa. Es decir, la amortización de deuda por empresas y familias a los bancos más la provisión contable de deuda morosa en los propios bancos, es superior a los nuevos créditos concedidos por los bancos a familias y empresas. En abril de 2014, el crédito cayó un 2,7% anual en la zona euro. Entre otros motivos, esto sucede porque los bancos no están dejando fluir toda la liquidez de que disponen y ello no es tanto por una falta generalizada de liquidez, sino por una falta de demanda de crédito solvente. Los bancos se están enfrentando a familias y empresas sobreendeudadas, a empresas con varios años de cuentas de resultados tocadas o en concurso de acreedores, a familias con miembros en el paro y algún recibo de la hipoteca atrasado,… Y nadie puede echar en cara nada a los bancos, como entidades privadas con gestores profesionales.

Pero me gustaría detenerme en el último punto. Los motivos de las medidas del BCE son claros (estimular la demanda para controlar la deflación), hemos comentado algunos defectos de las medidas, pero sobre todo, llegamos a un punto en el que las medidas no llegarán a la economía real porque «la demanda de crédito es poco solvente». Habrá que hacer algo.

Alguna sugerencia

Notamos que somos poco solventes para un banco cuando le solicitamos financiación y nos encontramos con la exigencia de demostrar garantías suficientes de pago de la deuda solicitada, bien sea con activos reales (muy buenos deberán ser para que un banco los acepte hoy en día) o activos monetarios (dinero). Con lo que te encuentras con la necesidad de tener dinero para poderlo pedir.

A los que necesitan financiación, sugiero aparcar al banco y buscar fuentes alternativas de financiación, si pueden hacerlo. Es fácil decirlo, pero difícil lograrlo, fundamentalmente porque esas alternativas (entidades alternativas como GEDESCO, private equity, venture capital, incluso business angels y fondos públicos como los de CDTI, ENISA o IVACE a nivel Comunidad Valenciana) también exigen gran cantidad de condiciones al receptor de los fondos.

A los que hacen las políticas, sugiero que en sectores estratégicos para la región o para el país, los gobiernos correspondientes «se mojen» por los empresarios que innoven, que apuesten por crear empleo, por presentar propuestas de internacionalización y que estén contribuyendo, en definitiva, a ese cambio del modelo productivo que todos buscan y que es tan tremendamente necesario para evitar la próxima burbuja inmobiliaria.

En este sentido, es especialmente llamativo que algunas entidades públicas que conceden financiación a la innovación, estén solicitando «avales suficientes». Señores gobernantes:

  • Publiquen los objetivos de las decisiones estratégicas acerca del modelo de negocio de país.
  • Establezcan las medidas adecuadas para favorecer el desarrollo de proyectos  (fiscales, administrativas, financieras, etc.).
  • Hagan un buen filtro de proyectos, conforme a su plan estratégico, y apuesten por ellos y por sus equipos.

Hemos sido capaces de inyectar más de 40.000 millones de euros en el sistema financiero para sanear los errores de gestión de varios bancos (former «cajas», para entendernos) y ahora ¿no vamos a apostar una mínima parte de esa cantidad por la innovación y la creación de empleo? (disculpad este toque demagógico en el post).

Además, se están generando unas expectativas a nivel de convocatoria de programas de financiación que, cuando se entra al detalle de los requisitos, te das cuentas que se quedan en intenciones y, permitidme, puro marketing (esto lo dejo para otro post, que tiene contenido de sobra).

Obras son amores, que no buenas razones

Creo que si nuestros gobiernos hicieran esta apuesta seria, profesional, y rigurosa, los excelentes proyectos empresariales dirigidos por magníficos profesionales, cargados de innovación, pondrían su parte para conseguir, entre todos, contribuir a darle la vuelta a este modelo de negocio de país.

 

VEP