Los seis aspectos que una Startup debe cumplir para que un inversor decida aportar su capital, desde la perspectiva de Rob Johnson, emprendedor, inversor, directivo en grandes corporaciones y profesor del IESE, y que se detallan en el libro «¿Tienes una Startup?» de José Martín Cabiedes, son los siguientes:
- Debe ser viable:
- El mercado debe ser claro, definido y accesible.
- Tiene que existir una ventaja competitiva, o al menos, las bases para crearla.
- Debe ser factible:
- El equipo debe estar creado (contratado) y debe ser equilibrado.
- Debe ser el momento adecuado para lanzar el proyecto.
Hasta aquí, estos cuatro criterios deben ser valorados también por el propio emprendedor antes de lanzarse a ejecutar una idea de negocio.
Seguimos con los dos últimos criterios que exigen muchos inversores como indispensables para invertir en una Startup:
- Debe ser invertible:
- Existir potencial para un exit (venta de la empresa o reparto de dividendos, generalmente la primera opción).
- El modelo de negocio debe ser escalable.
Y aquí empieza la fiesta, en la escalabilidad. Es un criterio clave para muchos inversores, aunque no necesariamente debe serlo para los emprendedores.
Debemos defender que la decisión de que un emprendedor desarrolle una Startup escalable o no es y debe ser del emprendedor.
Para seguir con el post, creo que hay tres cuestiones ante nosotros a las que dar respuesta:
- ¿Qué es la escalabilidad?
- ¿Qué es el crecimiento?
- ¿Por qué (casi todos) los inversores se empeñan en la escalabilidad?
¿Qué es la escalabilidad?
La escalabilidad en una compañía se consigue cuando el crecimiento en ingresos no necesita un acompañamiento proporcional en inversiones y gastos. En términos gráficos, podría representarse de la siguiente forma:
Como vemos, llega un momento después del punto de equilibrio o break even en el que los ingresos crecen de forma exponencial, mientas que los gastos crecen de forma lineal o, en caso de que crezcan de forma exponencial, a un menor ritmo que los ingresos. En ese momento, los ingresos se desacoplan de los gastos «de forma desproporcionada» y hacen que el crecimiento de los resultados sea exponencial, así como la creación de valor.
La escalabilidad está vinculada a las economías de escala y de aprendizaje. Las economías de escala se generan en una compañía cuando la generación de una unidad de ingreso adicional no necesita un aumento proporcional de los costes y las inversiones. Por ejemplo, una integración vertical hacia el proveedor de determinada parte del proceso productivo por parte de una empresa manufacturera, puede generar economías de escala en la medida en que se optimicen los procesos de producción. Otro ejemplo, se generan economías de escala en proyectos SaaS cuando la venta de una unidad adicional del Software no genera apenas costes (alojamiento de datos y atención al cliente, apenas).
¿Qué es el crecimiento?
Siendo obvia la respuesta, es importante definirlo para poner el crecimiento en contraposición a la escalabilidad. Un proyecto puede presentar un potencial de crecimiento muy importante, a dos dígitos incluso, pero no presentar ese potencial de escalabilidad.
El crecimiento es la capacidad de incrementar la facturación de una compañía. En el siguiente gráfico podemos observar la relación entre ingresos, gastos, beneficio y valor:
Aquí observamos que, una vez alcanzado el punto de equilibrio, los beneficios crecen, los ingresos también, pero no se produce ese «desacople» entre el crecimiento de ingresos y el aumento de los gastos que sucede con un modelo escalable. En una compañía saneada, los gastos crecerán proporcionalmente con las ventas por el componente de costes variables. Pero no crecerán tanto como las ventas, por el componente de costes fijos.
¿Por qué (casi todos) los inversores se empeñan en la escalabilidad?
Fijémonos en las áreas verdes de los dos gráficos anteriores. En el modelo de alta escalabilidad, los beneficios acumulados como medida de generación de valor son muy superiores a los beneficios acumulados en el modelo de crecimiento (sin alta escalabilidad).
Es decir, durante un mismo horizonte temporal y una estructura de gastos similar, el modelo escalable genera mayor valor que un modelo con buen potencial de crecimiento pero sin economías de escala importantes.
Este es el motivo por el que muchos inversores exigen que el modelo de negocio sea escalable, para que la creación de valor se produzca rápidamente, lo antes posible, y de forma desproporcionada (en el sentido positivo).
La escalabilidad en una Startup mejora el potencial de rentabilidad de los inversores.
Asimismo, un modelo de alta escalabilidad tendrá seguramente un proceso de internacionalización más sencillo puesto que no necesitará estructuras adicionales importantes una vez esté ya desarrollado en el mercado doméstico.
También es importante la escalabilidad, en mi sincera opinión, en modelos de alto impacto social. Esa escalabilidad permitirá llegar más rápido y a mayor número de personas en el objetivo de dejar impacto.
En cualquier caso, hay modelos de negocio con alto potencial de crecimiento, de difícil escalabilidad, que pueden llegar a valores de millones de euros y pueden alcanzar a millones de personas, así que es el emprendedor quien debe decidir hacia qué modelo de negocio orientarse. Pero si tu proyecto necesita inversión, lo tendrá más fácil si es escalable, además de tener alto potencial de crecimiento.
VEP
PS: Pido disculpas porque ayer, mientras empezaba a preparar este post, lo publiqué de forma precipitada. Eliminé el Tweet y la publicación en LinkedIn, pero no puede evitar que os llegara un email a los que estáis suscritos.
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