Llevo varios meses inactivo en el blog, y no sirven excusas.

Tras tanto tiempo desconectado del blog, lo que me ha hecho volver a él es la indignación.

Indignación por ver los plazos y costes que nos exige la administración para poner en marcha una empresa, sin que ni tan siquiera haya empezado a vender nada. Meros trámites.

Desde luego soy consciente de que muchas de estas situaciones serán distintas en función de dónde se encuentre la empresa, pero seguro que cada sitio tiene sus cosas (esa es otra, ya ni tan siquiera depende de la Comunidad Autónoma, a veces hasta del Ayuntamiento).

Pues todo pasó porque IVACE concedió una subvención a mi cliente, una startup. Entre la documentación a aportar para el pago, se encontraba la Comunicación Ambiental, que se solicita ante el Ayuntamiento en el que está domiciliada la empresa. Ya me pregunto en este punto para qué es necesario este documento, pero bueno, dejémoslo ahí.

Pero para solicitar esa Comunicación, el Ayuntamiento te pide un Proyecto de Actividad que tiene que hacer un arquitecto. Primeros 500€ después de unos 5 minutos de presencia del arquitecto en la oficina (miramos varios, todos costaban lo mismo, es algo estándar).

Con eso acudes al Ayuntamiento y viene la buena…tienes que pagar las tasas de solicitud del papelillo. Las tasas van en función de la superficie del local y de la actividad. El de mi cliente, con apenas 50m2 y dedicado a oficina, 661€. Más de 13€/m2…

Total, 1.161€ para empezar a trabajar y tener todo en regla. Así es como ayudamos al emprendedor o al autónomo.

Vamos a pensar en cosas que se pueden hacer con ese dinero, así rápido:

  • pagar alguna nómina.
  • pagar la nueva web.
  • comprar el vestuario del equipo de tiendas
  • campaña de lanzamiento
  • formación del equipo

En fin, me quedo aquí, hay más conceptos, y en mi opinión mucho más productivos que esa tasa y los costes asociados.

Por otro lado, esta casi anécdota solo sirve de ejemplo de que en ocasiones nuestros dirigentes se llenan de buenas intenciones y pocos hechos.

Espero que la indignación me haya devuelto al blog, pero no sea la que me mantenga en él.

VEP